viernes, 24 de febrero de 2012

Expertos en nutrición coinciden en que el jamón ibérico es la joya de nuestra gastronomía.

Fuente:  YosoydeIberico


Por su sabor y beneficios nutricionales, el jamón ibérico es una de las joyas de nuestra gastronomía, uno de los grandes tesoros de la despensa universal que además de resultar un auténtico placer para nuestro paladar posee numerosos beneficios nutricionales para nuestra salud.
Numerosos estudios científicos han demostrado que la grasa del cerdo ibérico, sobre todo la de aquellos que se alimentan en libertad a base de bellotas en las dehesas, presentan contenidos elevados en ácido oleico, ácido graso monoinsaturado mayoritario también en los aceites de oliva y que en el cerdo ibérico se encuentra en valores superiores a los niveles encontrados en otros productos cárnicos.
En este sentido, Marta García, presidenta del Colegio de Nutricionistas de Castilla-La Mancha, insiste en las bondades del jamón ibérico, recordando que el ácido oleico, además de sus ya reconocidas propiedades cardiosaludables, es el único ácido graso que permite aumentar el “colesterol bueno” (HDL) y bajar el “colesterol malo” (LDL). “Todas estas propiedades son bien conocidas y documentadas por infinidad de estudios científicos”.




No obstante, señala “como todo en la vida, tampoco hay que abusar”. Por su parte, Anselmo Perea Remujo catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Córdoba y presidente de la Asociación de Veterinarios de Porcino Ibérico (Anvepi), ha recordado que el colesterol como tal es imprescindible para la vida por sus numerosas funciones (por ejemplo, como precursor de hormonas y vitaminas) y que lo importante es que la grasa de cerdo lleva componentes cardiosaludables, fruto de una adecuada alimentación y forma de crianza. Finalmente, Mateo del Pozo, presidente de la Asociación Española de Porcinocultura Científica (Anaporc), ha destacado la calidad de la cabaña de ibérico de España al considerar que las autoridades sanitarias veterinarias, tanto en mataderos e industrias, como en las propias ganaderías, se encargan de asegurar la sanidad de los productos que se libran para consumo.

domingo, 12 de febrero de 2012

La industria del ibérico plantea modificar la norma de calidad para superar su "grave crisis"


Fuente: Europa Press


Iberaice, que representa al 95% de las industrias de elaborados de cerdo ibérico, ha solicitado la modificación de la actual norma de calidad de la carne, el jamón, la paleta y el lomo ibéricos para clarificar el mercado y mejorar el control de las producciones, dentro de una serie de propuestas para superar la "grave crisis" que atraviesa y para conseguir un "crecimiento sostenible".

En un comunicado, la organización planteó reducir a tres las calidades: 'bellota' para animales producidos en dehesa, 'campo' para animales producidos en extensividad y 'cebo' para animales en producción intensiva. 

Para ello, Iberaice propone un "exigente" control de la 'bellota' como calidad superior, "regulando la producción por añadas y controlando el aforo de las fincas que proporcione el número máximo de cerdos por explotación en función de cada campaña".

En su opinión, de este modo se conseguiría un eficiente control de esta producción limitada y de alto valor añadido para preservarla como "la joya de los productos ibéricos".


sábado, 11 de febrero de 2012

Diferencias entre un jamón ibérico y un jamón serrano

Diferencias entre un jamón ibérico y un jamón serrano:

Ambos productos derivan de razas muy diferentes, las diferencias entre los dos productos son fáciles de apreciar.

El jamón ibérico presenta infiltraciones de grasa características que se conocen como veteado.

El jamón ibérico tiene un color intenso, rojizo con matices caoba o bermellón, mientras que el jamón serrano es de una tonalidad más apagada, casi rosada.
 
El jamón ibérico tiene un aspecto más brillante y una textura más untuosa que la del serrano.
 
El aroma del ibérico es mucho más intenso que en el caso del serrano.
 
El sabor también es más intenso en el caso del ibérico, con mayor gama de matices y más persistentes.
 
El serrano, por lo general es menos intenso y más salado.
 
El ibérico puede presentar pequeñas motas blancas (cristalizaciones de tiroxina) propias del proceso de elaboración.