Ya sabemos que el jamón ibérico es un bocado único ‘bocatto di cardinale’. Un producto capaz de seducir a cualquiera por su sabor y su textura, inigualables. Un tesoro de la gastronomía española que, en definitiva, nos alegra la vida cada vez que lo saboreamos.
Por si fuera poco, recientes estudios están demostrando que el jamón ibérico, lejos de lo que pudiera parecer, es un buen aliado de la salud de quien lo consume, en tanto en cuanto posee un alto contenido en ácido oleico, lo cual le confiere propiedades cardiosaludables, aumenta el HDL (colesterol bueno) y baja el LDL (colesterol malo).
Según el artículo científico titulado ‘Repercusiones del consumo de productos del cerdo ibérico en la salud humana’, escrito por Enrique Macià, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, “la carne de cerdo ibérico tiene un contenido de ácido oleico de entre el 56% y el 58%”, un porcentaje “aún mayor” que el que se puede encontrar en la carne de cerdo (entre 40% y 45%).
El citado estudio explica que “en su sistema de crianza tradicional, la montanera, las bellotas constituyen el alimento básico del cerdo ibérico y éstas tienen tasas de ácido oleico superiores al 60%, lo que contribuye a que la grasa de este animal sea especialmente rica en este ácido graso”.
Estamos ante una de las mejores carnes, tanto curadas como en fresco. Su aporte nutricional está muy equilibrado y el sabor es indescriptible. En definitiva es comer salud y hay que degustarlo a diario, pero hay que buscar con el jamón ibérico momentos de encuentro, compañía, placer... El jamón ibérico en definitiva no es un producto solo para alimentarse, es sobre todo para disfrutar.
Ven a disfrutarlo con nosotros: